THE OBJECTIVE se reúne con Alicia Ventura, comisaria de la muestra Pan y Circo. Arte y Alimentación. La exposición itinerante desembarca en el Centro Cultural Antiguo Instituto de Gijón, donde se podrá ver hasta el 29 de septiembre, luego de haber sido expuesta en la Sala Amós Salvador en La Rioja, en el Centro Cultural Conde Duque de Madrid y en la Sala de Armas de la Ciudadela de Pamplona. «Al Instituto le interesó, sobre todo porque cuando hablamos de la sostenibilidad del planeta, muy poca gente toca el tema de la alimentación y menos a través del arte», señala.
PREGUNTA- Siendo la alimentación un tema tan amplio, ¿cómo planteó las temáticas de la muestra?
RESPUESTA.- Intentando reflexionar de forma global sobre la cuestión alimentaria. También se trata de concienciar sobre la importancia del alimento y sus consecuencias, invitando a repensar el hecho alimenticio. La alimentación es uno de los retos más importantes para un futuro sostenible. En la actualidad, además de la preocupación por conseguir alimentos, debemos lidiar con la elección de la comida, un asunto complejo y confuso, dominado por la publicidad y los medios de comunicación. La muestra se disgrega en varios subtemas como la alimentación y la salud, cánones corporales, la estética del gusto, los excesos de la industria alimentaria o la publicidad y medios de comunicación. La alimentación es un asunto complejo en el que los hechos implicados se entrelazan y sobreponen.
P.- ¿Cuáles son las problemáticas más urgentes?
R.– Lo que intentamos poner en manifiesto, son todos los problemas que se derivan de la alimentación que se deberían asumir. Ver qué estamos haciendo con la agricultura y la sobreexplotación de los campos o cómo se está llevando el reparto de los alimentos. Muchas veces los países que más cultivan son los que luego más hambre tienen, son los que menos productos se quedan porque todo va para la exportación.
«La alimentación no debería ser un problema, sino una asignatura en los colegios»
P.- Estamos bombardeados de imágenes de alimentos, pero a la vez tenemos poco conocimiento de la cadena de producción o de lo que realmente comemos…
R.- Por ello, nos interesaba mostrar cómo trabaja la publicidad, los medios de comunicación y ver lo engañosos que pueden llegar a ser con el fin de meterte un producto entre ceja y ceja. También es importante darnos cuenta la responsabilidad que tenemos como individuos, hay piezas como Basurama, que muestra la cantidad de basura que desechamos. Pero también queremos trasmitir que la alimentación no debería ser un problema, sino una asignatura en los colegios, porque es fundamental saber lo que comemos. Por ello, Pan y Circo también es un espacio de investigación. El comité científico ha estado a cargo de Rosalía Banet, quien también presenta la obra Banquete quemado.
P.- El dicho «pan y circo» viene de Roma. Lo narra la Sátira X de Juvenal…
R.– Sí, es una frase popular que tiene su origen en la locución latina panem et circenses, de la sátira del poeta romano Juvenal. Alude a la práctica política de ofrecer comida barata y entretenimiento al pueblo como estrategia para controlarlo y silenciarlo: «Hace ya tiempo, desde que no le vendemos los votos a nadie, que el pueblo se ha deshecho de preocupaciones; pues aquel que en otro tiempo otorgaba el mando, las haces, las legiones, todo, ahora se aguanta y solo desea con ansia dos cosas: pan y juegos de circo», dice. Sigue ocurriendo lo mismo, solo que ahora también están los medios de comunicación desbordando nuestras mentes, y las industrias alimentarias atiborrando nuestros estómagos.
«También hay obras que prestan atención a la estética del gusto, a las comidas y sus envoltorios»
P.- ¿Qué lugar se le da a la problemática del cuerpo y la nutrición?
R.- Se plantea en piezas como Dieta de Estíbaliz Sádaba, o sus collages, que muestran cómo el cuerpo se compone a base de alimentos. También podemos ver fotografía de Winkler + Noah, que muestra a una persona tatuada con dibujos que representan aquello que lo hizo engordar, casi siempre se trata de problemas psicológicos, no resueltos. También hay obras que prestan atención a la estética del gusto, a las comidas y sus envoltorios. Esos diseños tan bien logrados que intentan distraernos de las letras pequeñas que exponen los aditivos o colorantes de los que están hechos.
P.- La muestra también incluye obras de dos grandes cocineros…
R.- Hemos añadido una pieza de Diego Guerrero, La última cena, un vídeo que muestra cómo se prepara un banquete y la estética que emplea. Pan y Circo además de ser itinerante, tiene la intención de irse ampliando para incluir nuevas ideas en torno a la alimentación, por eso nos interesa esta mirada interdisciplinar. Otro gran cocinero que ha participado es Carles Tarrassó, quien investiga en un archivo de especies de naranjas, donde hay catalogadas más de 500 tipos. La pieza se puede oler, tocar y hasta probar y reflexiona en torno a la cantidad de especies que tenemos y la importancia de protegerlas para que no desaparezcan.
«821 millones de personas en el mundo no tienen suficientes alimentos para llevar una vida saludable»
P.- La sobreexplotación de la tierra es un eje central de la muestra…
R.- Las piezas de Gabriela Bettini abordan este tema, el de la tierra finita y la memoria que posee. Hay una pieza de Asunción Molinos, que reflexiona sobre el problema económico que hay detrás. Muchas veces se quiere consumir producto local y no se puede por lo caro que es y la opción más accesible son los alimentos ultraprocesados. Los datos dicen que 821 millones de personas en el mundo no tienen suficientes alimentos para llevar una vida saludable. Tres cuartas partes de estas personas viven en zonas rurales y trabajan en el campo. La agricultura industrial a gran escala, a menudo se presenta como la solución para alimentar a la población mundial. Pero son las pequeñas granjas familiares las que producen el 70% de los alimentos del mundo en una cuarta parte de todas las tierras agrícolas.
P.- ¿Por qué cree que funciona la vía del arte para hablar de alimentación?
R.- Porque hay mucho ruido en el territorio de la alimentación y son muchas las voces que nos hablan sobre comida. Son mensajes diferentes, muchas veces contradictorios. El comensal contemporáneo está desorientado, confundido con el exceso de información y el grado de desinformación existente. Pan y Circo tiene un mensaje que invita a la reflexión desde el lenguaje del arte, que tiene un elemento muy transformador. Llevo años trabajando en el tema de humanización de hospitales donde hemos tratado el tema de la alimentación a través del arte y estoy convencida de que es un vehículo muy poderoso.